Descripción del proyecto

OXFAM y FUDECEN desarrollaron en 2021 el estudio "Ni un paso atrás. Cerremos las brechas de desigualdad multidimensional en El Salvador 2021", donde encontraron que El Salvador llega a su bicentenario con enormes brechas en diferentes dimensiones clave del bienestar humano.

En el informe se ha analizado cómo los avances en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en El Salvador han mostrado signos de ralentización en los últimos cinco años. Los dos impulsores que ahondan las brechas de desigualdad multidimensional son: i) una economía pequeña y abierta, desprovista de políticas de demanda, con ausencia de una transformación productiva, bajos niveles de productividad y complejidad económica, así como un sistema fiscal de impacto regresivo y; ii) un conjunto de valores, normas, prácticas y estructuras que perpetúan la discriminación y la intolerancia, especialmente la discriminación contra la mujer, la población LGTBIQ+, los grupos indígenas y la juventud.

Las brechas que marcan la desigualdad y la exclusión de las personas han impedido el ejercicio pleno de los derechos humanos para el conjunto de la población y, en especial, para los sectores en desventaja social y económica que, por su condición de género, raza, ubicación geográfica y preferencia sexual, no son tomados en cuenta en el diseño e implementación de las políticas públicas. La pandemia por COVID-19 ha dejado en evidencia incluso de forma más clara la necesidad de construir sistemas robustos de salud, protección social y de cuidados. El Salvador tiene muchas tareas pendientes en este sentido.

Para hacer frente a estas desigualdades y contrarrestar los efectos que la pandemia está generando en el país, proponemos un marco de seis clústeres de políticas públicas que El Salvador necesita avanzar con urgencia en una agenda por un pacto social hacia la igualdad.

“Son muchos caminos que conducen al subdesarrollo”, decía Héctor Lindo-Fuentes, al iniciar su libro sobre la historia económica de El Salvador en el siglo XIX. Indudablemente, aunque el término “subdesarrollo” está hoy en desuso, El Salvador ha transitado ya por varios de ellos. Acaso sea ahora el tiempo de convencernos de que el camino correcto es apostar en serio por la igualdad. Doscientos años deberían ser suficientes. No podemos dar ni un paso atrás.

Fundación para el Desarrollo de Centroamérica, OXFAM e IMU ponemos a disposición de la sociedad salvadoreña un observatorio para dar seguimiento en tiempo real al impacto que están teniendo las brechas de desigualdad multidimensional, analizando su situación y recomendando propuestas de políticas públicas.